35. Santuario Suijin Y Massaki En El Río Sumida - 1857


サイズ (cm): 50x75
価格:
セールスプライス¥39,500 JPY

説明

En la obra "Santuario Suijin y Massaki en el Río Sumida" de 1857, Utagawa Hiroshige nos ofrece un vívido retrato del paisaje japonés, capturando la esencia de la naturaleza y la espiritualidad que caracterizan la cultura de su tiempo. En esta parte de su serie "Las Cien Vistas de Edo", Hiroshige presenta no solo un lugar físico, sino también una conexión emocional entre el entorno y sus habitantes, al tiempo que enmarca el río Sumida como un elemento central que vertebra la vida cotidiana y las prácticas espirituales en Edo.

La composición de la pintura es magistral, con un ángulo que invita al espectador a prestar atención tanto al santuario como a la actividad que se desarrolla en el agua. El santuario Suijin, con su arquitectura tradicional, se sitúa en la parte superior de la obra, mientras que el río y sus alrededores despliegan una serie de embarcaciones y figuras humanas en movimiento, lo que sugiere una vitalidad sin restricciones. Las líneas que fluyen del río y el trazo de los barcos crean un balance dinámico, que resulta en una armoniosa interacción entre las formas y los espacios.

El uso del color es particularmente notable en esta obra. Los tonos azules y verdes dominan la paleta, evocando un sentido de frescura y tranquilidad. La gradación del cielo, donde el azul se mezcla sutilmente con el blanco, representa la luz natural de la mañana o el atardecer, un momento de transición que resalta la serenidad del paisaje. Las sombras jugadas tanto en el agua como en los edificios añaden profundidad y textura, mientras que los toques de color en las vestimentas de los personajes complementan la escena, aportando un sentido de vida y actividad.

En cuanto a los personajes, aunque no se les otorga un protagonismo particular, su presencia es crucial para la narrativa visual de la obra. Se observa a hombres y mujeres en diferentes barcas, llevando a cabo tareas cotidianas, lo que refuerza la idea de que este paisaje no es solo un lugar de contemplación, sino también de interacción comunitaria. La representación de las figuras humanas en movimiento es característica del estilo de Hiroshige, donde cada personaje parece contar su propia historia, incluso en su silenciosa ocupación.

Hiroshige, conocido por su habilidad en la captura de paisajes y escenas de la vida cotidiana, logra en esta pintura ofrecer un retrato que es a la vez reverente y accesible. Sus obras suelen reflejar un profundo respeto por la naturaleza y la espiritualidad, y "Santuario Suijin y Massaki en el Río Sumida" no es la excepción. Este pintor del ukiyo-e, que vivió entre 1797 y 1858, se distingue por su enfoque en la relación entre el ser humano y su entorno, lo que se traduce en imágenes que celebran la belleza efímera de la vida.

En conclusión, esta obra es un testimonio del genio artístico de Utagawa Hiroshige, que no solo representa un lugar físico, sino que también invita a la contemplación y a la conexión del espectador con la historia y la cultura de su tiempo. A través de la vibrante paleta de colores, la cuidada composición y la representación de la vida cotidiana, Hiroshige logra elaborar un santuario visual que nos susurra historias del pasado, en las que el río, el santuario y la comunidad se entrelazan de manera inextricable.

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