Suprematismo - 1920


Tamaño (cm): 55x75
Precio:
Precio de venta£204 GBP

Descripción

Al contemplar la obra "Suprematismo - 1920" de Kazimir Malevich, nos adentramos en el corazón del movimiento suprematista, uno de los más revolucionarios y paradigmáticos del arte abstracto del siglo XX. Esta pintura, una representación pura del lenguaje visual que Malevich proponía, nos invita a reflexionar sobre la esencia misma de la percepción y la representación artística desde una nueva perspectiva que desafía los cánones tradicionales.

"Suprematismo - 1920" es una obra que refleja fielmente los ideales de Malevich, quien buscaba liberar el arte de las ataduras del mundo real y materiales, utilizando para ello una composición de formas geométricas simples y colores primarios. En esta pintura, observamos un conjunto de figuras geométricas dispuestas sobre un fondo blanco, que actúa no solo como un espacio vacío, sino como un plano infinito donde las formas pueden existir sin restricciones. Este uso del blanco es esencial en el suprematismo, ya que simboliza el "vacío absoluto", un campo donde se desenvuelven las armonías y tensiones de las figuras.

La composición de esta obra es tanto simple como compleja. La simplicidad radica en la elección de formas básicas: rectángulos, líneas y triángulos, todos en colores planos como el negro, el rojo y el azul. La complejidad surge a partir del modo en que estas formas se relacionan entre sí, creando un dinamismo vibrante a través del equilibrio y la asimetría. La interacción entre las diversas figuras geométricas genera un ritmo visual y una sensación de movimiento que lleva al espectador más allá de la mera observación estática.

Malevich, con su investigación sobre las posibilidades infinitas del espacio pictórico, nos enfrenta a una paradoja visual: la aparente simplicidad esconde una profundidad conceptual que va más allá de lo evidente. Por ejemplo, la superposición de las formas introduce una relación de espacialidad que es inmaterial; no obstante, sugieren una construcción en distintas capas, donde cada figura encuentra su propio lugar y propósito.

La elección de colores primarios y puros refuerza la visión suprematista de Malevich. El negro, el rojo y el azul se destacan contra el blanco de fondo, creando un contraste que acentúa las formas y subraya su independencia de la figuración. El juego de colores, aunque restringido, es potente, y aporta una dimensión emocional al espacio de la pintura. Cada color parece estar cargado de significado y energía, contribuyendo a la tensión y el equilibrio de la composición.

En "Suprematismo - 1920" no hay rastros de personajes o narrativas tradicionales. Esto es consistente con la filosofía de Malevich, quien abogaba por un arte que se centrara en la percepción pura, sin distracciones de la representación figurativa. Su objetivo era alcanzar una supremacía de la sensibilidad pura en el arte, donde la apreciación de las formas y los colores en sí mismos fuera el fin último.

El suprematismo, como corriente artística inaugurada por Malevich, marcó un antes y un después en la historia del arte. Su influencia se extendió más allá de la pintura, impactando en campos como la escultura, la arquitectura y el diseño gráfico. La obra de Malevich abrió nuevos caminos para el arte abstracto, liberando a los artistas de las limitaciones de la mimesis y permitiéndoles explorar el potencial infinito de la abstracción geométrica.

En conclusión, "Suprematismo - 1920" es una prueba tangible del genio de Kazimir Malevich y su contribución insuperable al arte abstracto. Esta pintura no solo representa un momento crucial en la evolución del arte moderno, sino que también continúa desafiando y inspirando a nuevas generaciones de artistas y espectadores, invitándonos a reconsiderar nuestra propia percepción y entendimiento del mundo a través del prisma del suprematismo.

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