Descripción
Kazimir Malevich es conocido principalmente por su papel fundamental en el desarrollo del suprematismo, una corriente del arte abstracto que buscaba transmitir pureza y esencia a través de formas geométricas y colores planos. Sin embargo, su pintura "Campesino En El Campo" de 1929 representa una etapa posterior en su carrera donde, sin abandonar del todo la abstracción, introduce elementos figurativos y un simbolismo que resuena con las tensiones sociales y políticas de su tiempo.
En esta obra, Malevich nos presenta una figura humana en medio de un paisaje rural. La figura del campesino, destacándose en primer plano, no tiene rostro, una característica recurrente en algunas de las obras de Malevich de esta época. Esta omisión del rostro puede interpretarse como un comentario sobre la deshumanización y la pérdida de identidad individual en un periodo de profundos cambios económicos y sociales en la Unión Soviética. La figura se erige en una postura firme, en un acto de resistencia o de trabajo constante, encapsulando así la vida dura y monótona del campesinado.
El paisaje es, en sí mismo, una abstracción de características geométricas. Los campos se extienden en líneas rectas y colores que varían entre tonos terrosos y verdes profundos, sugiriendo una interpretación estilizada de la tierra cultivada. Malevich utiliza diferentes planos de color para añadir profundidad y perspectiva a la pintura, pero lo hace sin renunciar a la planitud inherente a su estilo suprematista.
Los colores utilizados, principalmente ocres, verdes y azules, crean un contraste que, aunque simplista, es evocador. No hay una variedad exuberante de tonos, sino más bien una paleta restringida que subraya la vida austera del campesino. El azul profundo del cielo añade una serenidad y una inmensidad que contrasta con la rigidez y la monotonía de las líneas que representan los campos, evocando a la vez una sensación de infinitud y encierro.
"Campesino En El Campo" también puede ser vista como una intersección entre el arte y la política. Durante los años 1920, Malevich se distanció de los enfoques puramente abstractos y comenzó a reintroducir elementos figurativos en su obra, posiblemente en respuesta a las políticas de la Unión Soviética que privilegiaban el realismo socialista. Sin embargo, nunca abandonó completamente sus raíces abstractas, y esto se refleja en su tratamiento de la figura humana y el paisaje.
El cuadro se relaciona y contrasta con otras obras de Malevich, como su famosa "Cabeza de campesino" (1928-29), que también carece de rasgos faciales y lleva un ropaje similar. Esta repetición de temas y conceptos subraya su preocupación constante por la situación del campesinado en la Rusia soviética, utilizando la forma para comentar sobre la función social y los cambios estructurales de la época.
En "Campesino En El Campo", Kazimir Malevich nos ofrece una ventana al alma y la rutina del campesino ruso, a la vez que continúa explorando las posibilidades de la abstracción geométrica. Su uso de color, forma y composición no solo sirve para deleitar visualmente, sino también para invitar a una reflexión más profunda sobre la identidad, la resistencia y la condición humana en un mundo de cambio constante. Así, esta obra se erige como una de las piezas significativas de su transición artística y su compromiso social.
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