Descripción
En la vasta y rica trayectoria de Kazimir Malevich, encontramos una inusual y fascinante obra titulada "Paisaje Cerca De Kyiv - 1930". Este trabajo nos ofrece una ventana a la evolución artística del creador del Suprematismo, un movimiento que procuró liberar el arte de la tiranía del objeto. La pintura, sin embargo, no se adhiere estrictamente a los preceptos de su famosa corriente, sino que parece formar parte del período tardío de Malevich, donde observamos cierta reconciliación con el mundo figurativo.
"Paisaje Cerca De Kyiv" se presenta como una amalgama amalgama de tradición e innovación, presentando un panorama bucólico que, a primera vista, pudiera parecer una ruptura con el lenguaje geométrico y abismalmente abstracto por el que Malevich es mundialmente reconocido. Sin embargo, una inspección detallada revela que la pintura conserva una estructura compositiva precisa y un manejo experimental del color, elementos característicos de su exploración suprematista.
La obra está construida con un sentido de equilibrio y serenidad, donde los campos, los caminos y las construcciones rurales se distribuyen en el lienzo con una armonía casi matemática. En el horizonte, la delineación de casas u otras edificaciones es esquemática, recordando a algunos de los estudios constructivistas y cubistas que marcaron sus primeras investigaciones. Las edificaciones no buscan replicar con veracidad el mundo natural; en vez de ello, se erigen como símbolos de la relación entre hombre y paisaje, entre lo construido y lo natural.
El uso del color en "Paisaje Cerca De Kyiv" también nos recuerda la incesante búsqueda de Malevich por transcender la realidad tangible. Los verdes, amarillos y ocres del cuadro son vibrantes y puros, sin caer en la tentación de un realismo auténtico. Malevich no pretende representar los colores tal como se ven, sino tal como se sienten, empujando al espectador a una reflexión sobre la percepción y la experiencia del entorno. La técnica de coloreado, aunque aplicada en capas lisas y precisas, transmite una sensación de luminosidad y calidez que revitaliza el paisaje.
El cielo, de un azul limpio y despejado, no se enfrenta a la acción de nubes o fenómenos meteorológicos, sino que se establece como una vastedad infinita, un recurso que Malevich ya había explorado en la planicie metafísica de sus composiciones suprematistas. Así, el cielo de "Paisaje Cerca De Kyiv" deviene en un símbolo de la eternidad y el infinito, dimensiones espirituales que siempre impregnan sus obras más abstractas.
Aunque la pintura no incluye figuras humanas, la presencia implícita del hombre es innegable. Las casas serenas, los caminos delineados, todos estos elementos nos hablan de un espacio habitado, cotidiano, y esencialmente humano. Malevich, a través de esta omisión de la figura directa, permite que el espectador se proyecte en el paisaje, completando la escena con su presencia mental y emocional.
"Paisaje Cerca De Kyiv - 1930" se convierte, entonces, en una pieza crucial para entender la complejidad y la evolución del arte de Kazimir Malevich. Es una obra que narra la posibilidad de reintegrar la contemplación de la naturaleza en una modernidad que no renuncia a la experimentación formal y cromática. En esta pintura, Malevich nos invita a un diálogo entre la innovación y la tradición, entre lo abstracto y lo concreto, sirviendo como un puente exquisito entre sus radicales principios suprematistas y una visión más humanizada y contemplativa del mundo.
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