Recitador - 1913


Tamaño (cm): 55x75
Precio:
Precio de venta$ 4,517.00 MXN

Descripción

En medio de la búsqueda constante por redefinir los cánones del arte, Kazimir Malevich emerge como un visionario ineludible. Su obra "Recitador" de 1913 es un manifiesto visual de la transición hacia un lenguaje artístico nuevo que desconfigura las formas tradicionales y establece las bases del suprematismo, movimiento del cual Malevich es pionero. La pintura "Recitador", aunque anterior al manifiesto suprematista formal de 1915, ya exhibe signos de la abstracción y descomposición geométrica que se convertirían en el emblema de su práctica artística.

"Recitador" muestra una figura central que evoca a un ser humano, tal vez en medio de una declamación, como sugiere el título. Sin embargo, lo que inmediatamente capta la atención del espectador es la compleja configuración geométrica de la figura y la manera en que el espacio se fragmenta en un caleidoscopio de colores y formas. A primera vista, podría parecer una obra cubista en su esencia, pero Malevich va más allá, trascendiendo la mera fragmentación de la realidad física para abordar una visión más metafísica y conceptual.

La composición de la obra es intrincada y desafiante, caracterizada por la yuxtaposición de líneas rectas y curvas que se entrelazan y sobreponen creando una estructura casi tridimensional. Los colores empleados, una paleta esencialmente primaria que oscila entre el rojo, el azul y el verde con matices complementarios, generan un dinamismo que dota a la imagen de una vibrante energía interna. Estos elementos de color no solo destacan por su pureza, sino también porque están dispuestos de una manera que ponen en relieve el desequilibrio y la tensión, cualidades que Malevich emplea para expresar la intensidad emocional y la complejidad del acto de recitar.

En términos de personajes, la figura del recitador se fragmenta en una miríada de planos y ángulos, difuminando las fronteras entre el fondo y la forma, lo que invita a una interpretación menos literal y más simbólica o intuitiva. La ausencia de detalles realistas en el retrato enfatiza la universalidad del gesto del recitado, convirtiéndolo en un arquetipo más que en un individuo específico.

Malevich nació en 1879 en Kiev, Ucrania, y su primera incursión en las vanguardias lo coloca en una proximidad cercana con el futurismo y el cubismo. Sin embargo, su trabajo prontamente avanzaría hacia una forma de abstracción pura, desligada de cualquier referencia al mundo material. "Recitador" se encuentra en el umbral de esta transición, posicionándose entre el cubo-futurismo que Malevich exploraba y el radical suprematismo que introduciría pronto.

El suprematismo, centrado en la supremacía de la sensibilidad pura en el arte, rechaza cualquier representación objetiva y opta por formas geométricas simples y colores básicos. Aunque "Recitador" mantiene aún ciertos ecos figurativos, ya sugiere la dirección futura con su preeminencia de estructuras geométricas.

El estudio de "Recitador" nos ofrece una comprensión más amplia de la evolución de Malevich y la significación de su contribución al arte moderno. Su genialidad radica en su capacidad para transformar lo visible en una experiencia espiritual y emocional, cimentando el camino hacia nuevas formas de expresión artística que hasta entonces no se habían contemplado. En "Recitador", Malevich nos deja una pista enigmática, una obra que nos invita a escuchar más allá del sonido y ver más allá de la figura, descubriendo así el profundo potencial del arte como medio de exploración y revelación del espíritu humano.

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