Cabeza De Una Campesina - 1913


Tamaño (cm): 70x60
Precio:
Precio de venta5.804,00 Kč

Descripción

Kazimir Malevich, una figura central del arte del siglo XX, es conocido por su contribución fundamental al desarrollo del Suprematismo, un movimiento artístico que se caracteriza por la abstracción geométrica pura y un énfasis en el sentimiento más que en la representación objetiva. Sin embargo, su obra "Cabeza de una Campesina" realizada en 1913, se sitúa en un período anterior a su pleno desarrollo suprematista, ofreciendo una ventana a su evolución estilística y conceptual.

Observando la pintura "Cabeza de una Campesina", encontramos una curiosa fusión de elementos cubistas y primitivistas. La figura central, una campesina, se caracteriza por la fragmentación de sus facciones y el uso del color de una manera que evoca la influencia del Cubismo, especialmente el Cubismo Analítico desarrollado por Picasso y Braque. Los rostros son descompuestos y las formas geométricas segmentadas se superponen de una manera que sugiere múltiples perspectivas simultáneamente.

El uso del color en esta obra es significativo y aporta la dimensión emocional que es característica del arte de Malevich. Los rústicos tonos terrosos –ocres, marrones, naranjas– abrazan la representación de la figura campesina, sugiriendo una conexión con la tierra y una vida sencilla y humilde. Sin embargo, los destellos de rojo y azul añaden una vibración y vitalidad emocional que va más allá de una mera representación literal. La paleta cromática también podría interpretarse como una reflexión sobre la tumultuosa vida de los campesinos rusos en la era pre-revolucionaria, un tema recurrente en varias obras de Malevich.

La composición de la obra destaca por su simplicidad y enfoque directo. La cabeza de la campesina ocupa el centro del espacio pictórico, una decisión que enfatiza la importancia del sujeto. Las líneas angulares y las formas geométricas que conforman el rostro y el tocado de la campesina crean un equilibrio entre lo figurativo y lo abstracto. Este enfoque hace que el espectador se vea obligado a confrontar la esencia de la imagen, mientras simultáneamente es atraído por la complejidad de las formas yuxtapuestas.

La influencia del arte popular ruso y la iconografía religiosa también puede rastrearse en "Cabeza de una Campesina". La frontalidad de la figura y la intensidad de su mirada recuerdan las representaciones tradicionales de los iconos ortodoxos, pero aquí se reconfiguran a través del prisma del modernismo europeo.

En el contexto de la carrera de Malevich, esta obra representa una fase de transición antes de su inmersión total en el Suprematismo. Sus pinturas posteriores, como "Cuadrado Negro" (1915), abandonan toda referencia a la naturaleza y se centran en la forma pura. "Cabeza de una Campesina", por tanto, ofrece una rica mezcla de influencias y una mirada introspectiva a la capacidad de Malevich de sintetizar diferentes corrientes artísticas en su propio lenguaje visual.

En conclusión, "Cabeza de una Campesina" de Kazimir Malevich es una obra que encapsula un momento de transformación tanto en la vida del artista como en la historia del arte. La pintura no solo sugiere una meditación sobre la esencia del ser humano, sino también una exploración del potencial expresivo de la forma y el color que preludia las innovaciones radicales por las que Malevich sería universalmente reconocido.

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