Retablo de María (Retablo de Miraflores)


Tamaño (cm): 50x30
Precio:
Precio de venta$131.200 CLP

Descripción

El Retablo de María (Miraflores Altarpiece) es una obra maestra del renombrado pintor flamenco Rogier Van Der Weyden. Esta pintura, de tamaño original de 71 x 43 cm, cautiva a los espectadores con su estilo artístico distintivo, su composición magistral y su uso del color.

El estilo artístico de Van Der Weyden se caracteriza por su atención al detalle y su habilidad para representar emociones humanas de manera realista. En el Retablo de María, esto se evidencia en la expresión de los personajes y en la representación de las texturas de las vestimentas y los objetos. Cada pincelada está cuidadosamente ejecutada, lo que demuestra la maestría y el talento del artista.

La composición de la pintura es otro aspecto destacado de esta obra. Van Der Weyden utiliza una composición simétrica y equilibrada, con la Virgen María en el centro rodeada por ángeles y santos. Esta disposición crea una sensación de armonía y tranquilidad, y resalta la importancia de la figura central en la narrativa religiosa.

En cuanto al color, Van Der Weyden utiliza una paleta limitada pero efectiva. Los tonos suaves y apagados de azules, rojos y dorados crean una atmósfera serena y contemplativa. Además, el uso de la técnica del claroscuro, que combina luces y sombras, añade profundidad y realismo a la pintura.

La historia de la pintura también es fascinante. El Retablo de María fue encargado por el duque de Borgoña, Juan II de Miraflores, como un objeto de devoción personal. La obra fue creada alrededor de 1440 y se cree que fue destinada a ser colocada en una capilla privada. Durante siglos, la pintura cambió de manos y sufrió daños, pero fue restaurada y ahora se encuentra en el Museo del Prado en Madrid.

A pesar de su tamaño relativamente pequeño, el Retablo de María es una pieza de arte de gran importancia. Además de su belleza estética, esta pintura nos ofrece una mirada única a la religiosidad y la devoción de la época. Es un testimonio del talento y la habilidad de Rogier Van Der Weyden, y una joya del arte flamenco que merece ser apreciada y admirada.

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