104. Terraplén De Koume - 1857


Tamanho (cm): 55x85
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Descrição

La obra "Terraplén de Koume" de Utagawa Hiroshige, creada en 1857, es un notable ejemplo del ukiyo-e, el estilo de grabado en madera japonés que floreció durante el período Edo. Esta pieza se inserta en la serie de paisajes de Hiroshige, que captura la esencia del Japon antiguo y el florecimiento de la vida cotidiana, reflejando una profunda conexión con la naturaleza y la cultura de su tiempo.

Al observar "Terraplén de Koume", nos encontramos con una composición que destaca por su delicadeza y serenidad. El terraplén, un camino elevado cubierto de árboles, se extiende a lo largo de la obra, creando una sensación de profundidad y horizonte infinito. La inclinación sutil del terreno, capturada con una maestría compositiva, invita al espectador a atravesar el paisaje, promoviendo una experiencia inmersiva.

Los colores empleados en esta obra son un elemento fundamental que resalta la belleza de la escena. La paleta es rica y variada, predominando los verdes suaves de los árboles, que contrastan con los azules más intensos del cielo y el agua que se insinúa en el fondo. Estos matices transmiten una sensación de calma y frescura, evocando tanto la serenidad de la naturaleza como la fragilidad del entorno. Los cielos, en un tono claro que va difuminándose hacia el horizonte, sugieren la llegada del atardecer, un momento particularmente poético que Hiroshige captura con gran habilidad.

En cuanto a la humanidad representada en la pintura, esta obra es notable por su ausencia de figuras humanas prominentes. Esto podría interpretarse como una meditación sobre la naturaleza en sí misma, un espacio donde el ser humano, aunque implícitamente presente a través del entorno, no interfiere con la sublime tranquilidad del paisaje. Solo un diminuto bote se asoma en el agua, un vestigio de actividad humana que se convierte en parte del entorno natural, enfatizando así la armonía entre lo humano y lo natural.

Un aspecto interesante es cómo Hiroshige utiliza el espacio. El uso del vacío sugiere un vasto mundo por descubrir, permitiendo que la imaginación del espectador complete la escena. Este enfoque es una de las características distintivas del ukiyo-e, que a menudo deja elementos abiertos a la interpretación.

La obra también se sitúa dentro de un contexto más amplio de la producción artística de Hiroshige, que a lo largo de su carrera exploró los temas de paisajes y la vida cotidiana, destacando la belleza efímera del mundo. Su capacidad para capturar momentos fugaces en la naturaleza lo convierte en un maestro del ukiyo-e, y "Terraplén de Koume" es un hermoso testimonio de su legado artístico.

En resumen, "Terraplén de Koume" es más que un simple paisaje. Representa una fusión de arte, naturaleza y emoción, donde los colores, la composición y la ausencia de figuras nos ofrecen un refugio visual que nos invita a reflexionar sobre nuestra propia relación con el entorno natural. Hiroshige, a través de su técnica depurada y su ojo atento, nos transporta a un espacio que es a la vez íntimo y universal, capturando la esencia de un Japón que, aunque distante en tiempo, resuena eternamente en nuestra búsqueda por encontrar belleza en el mundo que nos rodea.

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