A Todos Los Niños - 1920


Tamaño (cm): 50x75
Precio:
Precio de venta2 798 SEK

Descripción

El ingenio y la inventiva que caracterizan la obra de El Lissitzky se encuentran en plena exhibición en su pintura "A Todos Los Niños - 1920" (To All The Children - 1920). Esta pieza, a primera vista sencilla, revela una complejidad de intenciones y técnicas que la colocan entre las obras significativas del arte de vanguardia del siglo XX.

La composición de "A Todos Los Niños" no sigue un patrón figurativo tradicional, sino que se inscribe en la lógica del suprematismo, movimiento en el cual Lissitzky se destacó como uno de sus más fervientes defensores. Creado por Kazimir Malévich, el suprematismo buscaba la pura sensibilidad de la percepción artística y emprendió una ruptura radical con las representaciones objetivas. En este sentido, Lissitzky toma los fundamentos del suprematismo y los aplica en su búsqueda de un lenguaje visual que apuntase más allá de lo tangible.

En la pintura observamos una confluencia de formas geométricas que flotan en un espacio blanco. Esta composición evoca un sentido de equilibrio y dinamismo. Los elementos se presentan en un juego de diagonales que no solo implican movimiento sino que también dirigen la mirada del espectador a lo largo de la obra. Los colores - principalmente negro, rojo y varios tonos de gris - se distribuyen en rectángulos y líneas que se superponen y complementan en una especie de danza estructural, sugiriendo una construcción casi arquitectónica dentro de la abstracta bidimensionalidad del lienzo.

Es esencial notar que la ausencia de personajes o figuras reconocibles en la pintura deja el mensaje de la obra abierto a múltiples interpretaciones. La elección de un campo cromático limitado no solo enfatiza la idea de simplificación, sino que también se alinea con la intención del suprematismo de trascender lo meramente visual y abordar lo espiritual y lo conceptual en el arte. Lissitzky, en su experimentación con el espacio y la forma, invita a una lectura introspectiva de su obra, un retorno a los elementos básicos de percepción y sentimiento.

El título "A Todos Los Niños" sugiere una aparente contradicción con la abstracta y minimalista presentación visual. Los niños, asociados generalmente con lo concreto y el mundo tangible, son aquí dedicatarios de un lenguaje formal que a primera vista puede parecerles exótico o distante. Sin embargo, esta dedicación puede entenderse como una invitación a la inocencia creativa y al descubrimiento, atributos esenciales en la juventud. En el contexto de 1920, una época marcada por convulsiones políticas y sociales en Europa, es plausible que Lissitzky pretendiera con esta obra entregar un mensaje de esperanza y de futuro a las generaciones venideras.

Por tanto, "A Todos Los Niños - 1920" se afirma como una pieza fundamental para comprender no solo el desarrollo artístico de El Lissitzky, sino también la influencia duradera del suprematismo y de la búsqueda de un lenguaje universal y atemporal en el arte. Cada línea y cada color en esta obra no están ahí por casualidad, sino que recalcan una intención de equilibrio y exploración que siguen inspirando y desafiando al espectador contemporáneo.

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