Pintura Suprematista - 1916


Tamaño (cm): 55x60
Precio:
Precio de venta2 551 SEK

Descripción

La **"Pintura Suprematista - 1916"** de Kazimir Malevich se presenta como un ejemplo impecable del movimiento Suprematista que él mismo fundó. Esta obra, que de un vistazo superficial puede parecer una colección de formas geométricas al azar, revela en su esencia un desplazamiento radical hacia una realidad nueva y más espiritual, alejándose de los confines tradicionales de la representación objetiva.

La composición de la "Pintura Suprematista - 1916" se caracteriza por un ensamblaje de figuras geométricas: rectángulos y segmentos coloridos que flotan en una suerte de espacio etéreo blanco. Malevich, en esta obra, juega con el equilibrio y la tensión de formas que parecen insertadas en un vacío infinito. Los colores, que van desde el rojo y verde hasta el negro y gris, no obedecen las reglas de la perspectiva tradicional, sino que están organizados de una manera que parecen intentar alcanzar una pureza visual, un ideal de orden y armonía.

El uso del espacio negativo en esta composición es crucial. No sólo sirve de fondo a las formas geométricas, sino que crea un efecto de ingravidez y movimiento, como si cada forma estuviera suspendida en continuará transformación. En ausencia de figuras humanas o elementos representacionales, Malevich nos invita a una meditación sobre la esencia pura de la energía y la espiritualidad. Los tonos de rojo y verde, estratégicamente posicionados, logran atraer la vista del espectador, guiándola a través de una narrativa no-lineal donde la experiencia sensorial está en primer plano.

El Suprematismo, como teoría y práctica, fue toda una revolución en su época. Malevich proclamaba que el arte no debería limitarse a imitar la naturaleza, sino que debía surgir de elementos geométricos puros para alcanzar una sensación suprema que estuviera más allá de lo tangible. Con este fin, "Pintura Suprematista - 1916" no sólo refleja la teoría de Malevich, sino que la pone en práctica de una manera que era visionaria para su tiempo.

Cada color en este cuadro tiene un significado propio y parece estar en conversación con los otros elementos. El rojo intenso puede ser visto como un símbolo de pasión y revolución, algo que estaba muy en sintonía con los tiempos tumultuosos en los que Malevich trabajaba. El negro, una constante en su obra, podría interpretarse como el símbolo del "cero de la forma", un término que Malevich utilizó para describir el punto de partida de sus composiciones.

El contexto histórico de esta obra también merece mención. En 1916, Rusia estaba inmersa en la Primera Guerra Mundial y las primeras convulsiones revolucionarias de 1917 estaban a punto de estallar. Malevich, trabajando en medio de esta agitación, crea una obra que, aunque parece desprovista de referencias directas a estos eventos, refleja una búsqueda de un orden y una espiritualidad superiores en medio del caos.

Para entender esta pintura, uno debe posicionarse en el umbral de una nueva percepción. "Pintura Suprematista - 1916" no es simplemente una colección de formas. Es una declaración de principios, un manifiesto visual que sobresale en su pureza y sencillez, y que sigue desafiando nuestras nociones de lo que el arte puede ser y significar. Kazimir Malevich no sólo creó una obra maestra de la abstracción, sino que también nos dejó un legado filosófico que continúa influyendo en la forma en que entendemos la creatividad y la percepción artística.

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