Descripción
También conocido como el Desembarco en Marsella. Es una de las 24 pinturas que componen el llamado Ciclo de María de Médici —encargado por la reina francesa nacida en Italia, viuda del rey Enrique IV de Francia, para representar y celebrar momentos fundamentales de su vida— El desembarco en Marsella representa a María partiendo de su barco en el puerto francés escoltada por Poseidón, Tritón y un trío de voluptuosas nereidas. Se rumorea que el encargo, gracias al carácter obstinado de Marie, estuvo lleno de tensión y, curiosamente, el escritor de arte belga Roger Avermaete sugirió una vez que la inclusión de nereidas míticas y curvilíneas podría haber sido un intento deliberado de desviar la atención de la reina, tal vez de Rubens. reacción a la difícil comisión. Hoy, el Desembarco en Marsella cuelga junto a las otras 23 pinturas del ciclo en el Louvre de París .
En El Desembarco en Marsella Rubens usa el estilo barroco para resaltar la gloria y la grandeza del aterrizaje de María de Médici. La pintura es una cacofonía de color y movimiento; el rojo y el dorado dominan el lienzo, cada figura se mueve y las trompetas añaden un elemento de sonido ceremonioso. Los numerosos cuerpos en la imagen, desde nobles bien vestidos hasta criaturas marinas míticas, gesticulan y se retuercen en dirección a Marie, pero ella permanece quieta y serena. Cuando emerge de su barco dorado rodeada por su séquito, es literalmente recibida en Francia con los brazos abiertos. Elegantemente vestida con un vestido blanco adornado con oro, es la definición misma de la realeza. Entre los testigos no humanos del evento se encuentra un ángel alado, tres ninfas marinas, Poseidón (dios del mar) y su hijo Tritón,
El lienzo está fuertemente dividido por el opulento barco a la izquierda y la arquitectura clásica del puerto de Marsella a la derecha, que sirve como una especie de escenario para el drama. La pasarela alfombrada de rojo también divide el lienzo horizontalmente, representando literalmente el camino de Marie hacia su futuro. Además de crear una sensación de profundidad (aunque limitada), nuestra mirada puede fluir sobre el lienzo, pero siempre nos lleva de regreso a Marie, de pie escultural en medio del caos que ha inducido su anuncio. Los ricos colores y texturas se suman a la extravagancia de la ocasión trascendental, en particular, la tela reluciente del vestido de Marie. La visión de Rubens de la llegada de Marie de'Medici a Francia es enérgica y sensacional, e inmortaliza el evento bastante ordinario del atraque de un barco de una manera que solo él puede hacerlo.
En El Desembarco en Marsella Rubens usa el estilo barroco para resaltar la gloria y la grandeza del aterrizaje de María de Médici. La pintura es una cacofonía de color y movimiento; el rojo y el dorado dominan el lienzo, cada figura se mueve y las trompetas añaden un elemento de sonido ceremonioso. Los numerosos cuerpos en la imagen, desde nobles bien vestidos hasta criaturas marinas míticas, gesticulan y se retuercen en dirección a Marie, pero ella permanece quieta y serena. Cuando emerge de su barco dorado rodeada por su séquito, es literalmente recibida en Francia con los brazos abiertos. Elegantemente vestida con un vestido blanco adornado con oro, es la definición misma de la realeza. Entre los testigos no humanos del evento se encuentra un ángel alado, tres ninfas marinas, Poseidón (dios del mar) y su hijo Tritón,
El lienzo está fuertemente dividido por el opulento barco a la izquierda y la arquitectura clásica del puerto de Marsella a la derecha, que sirve como una especie de escenario para el drama. La pasarela alfombrada de rojo también divide el lienzo horizontalmente, representando literalmente el camino de Marie hacia su futuro. Además de crear una sensación de profundidad (aunque limitada), nuestra mirada puede fluir sobre el lienzo, pero siempre nos lleva de regreso a Marie, de pie escultural en medio del caos que ha inducido su anuncio. Los ricos colores y texturas se suman a la extravagancia de la ocasión trascendental, en particular, la tela reluciente del vestido de Marie. La visión de Rubens de la llegada de Marie de'Medici a Francia es enérgica y sensacional, e inmortaliza el evento bastante ordinario del atraque de un barco de una manera que solo él puede hacerlo.