Retrato Del Duque De Farrobo - Joãn Pedro Quintilla - 1813


Tamaño (cm): 55x85
Precio:
Precio de venta€220,95 EUR

Descripción

El retrato del Duque de Farrobo, realizado por Domingos Sequeira en 1813, se erige como un ejemplo excepcional del arte neoclásico en Portugal, una corriente que se caracteriza por la admiración a las formas clásicas y un enfoque en la representación fiel de la figura humana. En esta obra, Sequeira demuestra su maestría en la captura de la esencia del retratado, no solo a través del atuendo lujoso y la pose digna, sino también mediante la expresión sutil y el uso inteligente del color.

La composición del retrato refleja un equilibrio armonioso entre el fondo y el sujeto, el Duque de Farrobo, que se presenta en una actitud de serena autoridad. Se observa que el duque viste un elegante traje, elaborado con una paleta de colores que va desde el negro profundo hasta el blanco brillante, acentuado por el notable uso de la luz que ilumina su rostro y sus manos. Este juego de luces y sombras en el tratamiento de la carne no solo resalta los rasgos físicos del duque, sino que también aporta una dimensión casi escultórica a la figura, algo característico en la obra de Sequeira.

El fondo de la pintura, aunque menos detallado, sirve para centrar la atención en el personaje principal. Un color marrón suave conecta visualmente con el vestuario del duque, creando un sentido de cohesión y continuidad. A través de esta elección cromática, el artista logra que la imagen resuene emocionalmente, interpelando directamente al espectador y sugiriendo no solo la posición social, sino también la personalidad del duque.

Domingos Sequeira, al ser uno de los más reconocidos exponentes del neoclasicismo en Portugal, supo incorporar influencias de su tiempo sin perder su identidad. Esta obra es un claro ejemplo de su capacidad para fusionar la técnica refinada con la intención de transmitir un estado de ánimo. La elección de un retrato de este tipo en una época de cambios políticos y sociales en Europa no es casual; conjuga la noción del ideal clásico con una representación contemporánea de su tiempo.

El retrato no solo cumple con una función documentativa, sino que también ofrece una mirada profunda a la naturaleza del poder y la aristocracia en el contexto histórico del siglo XIX. Sequeira, a través de su pincel, logra trascender el mero retrato para dar vida a un relato visual que invita al espectador a reflexionar sobre la identidad y la condición humana, una preocupación constante en la producción artística de su época.

Si observamos obras similares de su contemporáneo, como los retratos realizados por Francisco Goya, podemos apreciar un diálogo estético y temático donde el retrato trasciende la mera representación, buscando una conexión emocional más profunda. Así, la pintura de Sequeira, aunque centrada en un personaje de la nobleza, invita a una contemplación más amplia sobre la humanidad y la historia.

En conclusión, el Retrato del Duque de Farrobo no es solo una obra maestra de Domingos Sequeira, sino también un testimonio de una época y de una estética que marcó un antes y un después en el retrato europeo. La síntesis de técnica, color y simbolismo que se encuentra en este retrato continúa resonando en el estudio del arte neoclásico y su influencia en la representación del individuo en la pintura.

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