Descripción
Mujeres en el Jardín fue un gran logro como una de las primeras obras plein air de Monet, los desafíos que la pintura con su descomunal tamaño presentaba eran inmensos, pero los superó para crear esta impresionante obra maestra.
Monet comenzó la pintura del jardín de la propiedad que alquiló en los suburbios de París en 1866. La obra era tan grande que se requirió un sistema de poleas junto con una trinchera, en la que se podía bajar la pintura sobre la polea, para que él pudiera trabajar en las áreas superiores del lienzo. El objetivo de este trabajo era descubrir cómo las figuras, dentro de un paisaje, podían dar la impresión de que el aire y la luz se movían a su alrededor. Organizó su objetivo pintando sombras y la luz con el color utilizado a propósito, la luz del sol filtrándose a través del follaje y los reflejos que brillan en la oscuridad.
Se sabe que Camille posó para las tres figuras de la izquierda de la pieza, pero las caras de todas las figuras se ven vagas y no están compuestas en un estilo de retrato.
Monet interpretó hábilmente el blanco de los vestidos, anclándolos firmemente en la estructura de la composición, una sinfonía de verdes y marrones, proporcionada por el árbol central y el camino.
Monet se inspiró en gran medida en el jardín de Sainte-Adresse y creó varias pinturas centradas en este lugar. Mujeres en el jardín muestra a una mujer vestida contemporáneamente de blanco, capas y patrones junto con una sombrilla a juego.
Monet ingresó Mujeres en el jardín en el Salón de París de 1867, solo para que el comité lo rechazara por incompetente, ya que gustaron las pinceladas visibles de la obra ni la falta de un tema monumental. “Demasiados jóvenes piensan en nada más que continuar en esta abominable dirección”, se cree que dijo un juez sobre la obra. "¡Ya es hora de protegerlos y salvar el arte!"
Monet guardó la pintura por el resto de su vida, mostrándola con frecuencia a quienes lo visitaron en Giverny en sus últimos años. En 1921, cuando el gobierno francés estaba negociando la distribución de sus obras, exigió —y recibió— 200.000 francos por la obra que fuera una vez rechazada. Ahora forma parte de la colección permanente del Musée d'Orsay de París.