Descripción
El tema dominante de la pintura es el placer carnoso. En un área, un grupo de figuras desnudas se entrelazan mordisqueando una gigantesca y suculenta fresa.
El panel de Hieronymus Bosch contempla los peligros de la tentación mundana y contiene muchas referencias interesantes. Una de las más extrañas fue descubierta por un estudiante universitario en 2014.
En la esquina inferior izquierda de la obra, se puede ver una partitura musical tatuada en la parte trasera de alguien. Las notas musicales fueron traducidas a la notación moderna y ahora la tonalidad puede ser escuchada.
Escribir sobre el tríptico de Hieronymus Bosch es intentar describir lo indescriptible y descifrar lo indescifrable: un ejercicio de locura. No obstante, hay algunos puntos que se pueden establecer con certeza.
La pintura fue descrita por primera vez en 1517 por el cronista italiano Antonio de Beatis, que la vio en el palacio de los condes de Nassau en Bruselas. Por tanto, puede considerarse una obra por encargo. El hecho de que los condes fueran poderosos actores políticos en los Países Bajos de Borgoña hizo del palacio un escenario para importantes recepciones diplomáticas y la obra debió causar algo de sensación entre el público espectador, ya que fue copiada, tanto en pintura como en tapices, después de la muerte del artista en 1516.
Por lo tanto, podemos suponer que el extraño léxico del congreso humano de Bosch debe haber tenido algún atractivo, o algún significado, para una audiencia contemporánea. En un período marcado por el declive religioso en Europa y, en los Países Bajos, el primer sonrojo del capitalismo tras la abolición de los gremios, la obra se ha interpretado a menudo como una advertencia contra la indulgencia carnal y mundana, pero parece un propósito bastante prosaico para asignar a un tour-de-force altamente simbólico y expresivamente detallado. Y, de hecho, hay muy poco acuerdo sobre el significado preciso de la obra.
La pintura es en realidad un conjunto tríptico de creación y condenación, que comienza con Adán y Eva y termina con una especie de infierno muy imaginativo a través del espejo. Nadie sabe realmente por qué Bosch imaginó el mundo de esta manera en particular.
Hay muchas conjeturas sobre esta original pieza así como del artista y su motivación para llevar a término una obra con un poderoso mensaje ¿Fue Hieronymus Bosch un alquimista? Dadas sus referencias a la alquimia, se estima que al menos estaba familiarizado con el tema. Si estuviera llevando a cabo experimentos químicos tal vez podría explicar, al menos en parte, la calidad alucinatoria de la pintura.
También se puede argumentar que la fruta y el consumo exagerado de frutas podría ser una metáfora de actos sexuales. En lugar del artista mostrar representaciones directas del sexo, Bosch pintó los apetitos insaciables de los desnudos y la fruta en lugar de actos "pecaminosos".
El Jardín De Las Delicias ocupa el puesto no. 81 en la lista de pinturas famosas