Té Matutino 1920


Tamaño (cm): 75x45
Precio:
Precio de ventaS/. 790.00 PEN

Descripción

La obra "Morning Tea" de Henri Matisse, creada en 1920, es un testimonio elocuente de la maestría del artista en la manipulación del color y la forma para evocar una atmósfera de tranquilidad y contemplación. Aunque esta pintura concreta no figure con exactitud con dicho título "Morning Tea", la imagen referida "Woman by a Window" ofrece una oportunidad única para explorar la sensibilidad artística de Matisse en esa etapa específica de su carrera.

En la pintura, una mujer solitaria está sentada junto a una ventana, sumergida en lo que aparenta ser un momento de repaso o descanso. La figura femenina está vestida con un kimono blanco decorado con flores rojas, un atuendo que denota tanto un sentido de modernidad como un aprecio por la estética y la comodidad. Su pose, con las manos descansando en su regazo y la mirada dirigida hacia fuera de la ventana, sugiere una introspección tranquila, como si estuviera reflexionando sobre sus pensamientos en el silencio de la mañana.

Lo que realmente destaca en esta pintura es la prodigiosa habilidad de Matisse para usar el color de manera evocadora. La habitación está bañada en un tono de azul profundo, creando un contraste fascinante con la vestimenta blanca de la mujer y las tonalidades cálidas de su piel. Este contraste de colores no es meramente decorativo; sirve para dirigir la atención del espectador hacia la figura central e intensificar la sensación de serenidad introspectiva que permea la escena.

El uso de la luz y el espacio también es digno de mención. La ventana abierta permite que entre la luz natural, iluminando el rostro y el kimono de la mujer, acentuando los detalles del tejido y las flores que lo adornan. Este juego de luces y sombras no sólo añade una dimensión de realismo a la obra, sino que también refuerza la atmósfera de ensoñación y privacidad del momento capturado. La escena exterior visible a través de la ventana, aunque difusa y secundaria, sugiere un mundo más allá del interior inmediato, proporcionando una profundidad adicional al cuadro.

La composición artística de Matisse en esta obra es igualmente notable. La elección del enfoque ligeramente elevado permite al espectador una vista casi íntima de la escena doméstica, un recurso que Matisse emplea para crear una conexión más profunda entre la pintura y el espectador. La figura femenina está situada en un tercio del lienzo, respetando la clásica regla de los tercios, lo que equilibra la composición y le da una armonía visual que es placentera a la vista.

La obra se inscribe dentro del estilo fauvista que caracteriza a Matisse, aunque en una fase más madura, donde la violencia cromática de sus primeros años se ha transformado en una sensibilidad más matizada pero igualmente vibrante. El uso de colores planos y el rechazo a las convenciones de la perspectiva crean una sensación de planitud que, lejos de restar profundidad a la obra, le añade un carácter decorativo y atemporal.

Esta pintura refleja un momento de tranquilidad y recogimiento, capturado con la intensidad emocional y la elegancia visual que se han convertido en sello distintivo de la obra de Henri Matisse. "Morning Tea", o como se despliega aquí, "Woman by a Window", nos invita a pausar y sumergirnos en una meditación visual, apreciando la belleza en la quietud y el color en la simplicidad.

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