Descripción
San Antonio era un ermitaño en los años 300, rara vez salía de la cueva donde vivía en el desierto egipcio. Pero incluso allí, según la leyenda, su fe en Dios fue combatida por el demonio. El diablo envió demonios para golpearlo y mujeres atractivas para distraerlo de sus oraciones. San Antonio nunca titubeó.