Niño Con La Mano En La Cara - 1910


Tamaño (cm): 50x75
Precio:
Precio de ventaS/. 823.00 PEN

Descripción

La obra "Niño Con La Mano En La Cara" de Egon Schiele, pintada en 1910, es un ejemplo revelador del distintivo estilo del artista austriaco, conocido por su enfoque audaz y provocador hacia el retrato y la figura humana. En esta pintura, Schiele presenta a un niño cuya expresión meditabunda se captura en una atmósfera de introspección y vulnerabilidad. La imagen muestra al niño en una postura reservada, con la mano derecha apoyada en su rostro, lo que parece ocultar o reflexionar sobre sus pensamientos y sentimientos más profundos. Este gesto, tan simple pero cargado de significado, invita al espectador a contemplar la psicología interna del personaje, una de las características que definen la obra de Schiele.

La composición de la pintura es notable por su uso del color y la forma. Schiele utiliza una paleta restringida que se inclina hacia tonos tierra y piel, realzando la calidez y la humanidad del niño. A pesar de la sutileza de su colorido, las tonalidades grises y marrones se combinan con toques de un vibrante naranja en el fondo, creando un contraste que sirve para enfocar la atención en la figura del niño. Este fondo no elaborado, casi abstracto, resalta la fragilidad de su forma y sumergiendo al espectador en su introspección, así como en el mundo emocional del niño.

El estilo de Egon Schiele es característico por su expresionismo crudo y su inclinación a distorsionar las formas humanas. En esta obra, aunque el niño es representado con proporciones relativamente correctas, la forma en que Schiele aborda la anatomía resulta inquietante y cargada de una energía emocional inconfundible. Las líneas que delinean al niño son marcadas y vigorosas, lo que refleja no solo un enfoque en la fisicalidad, sino también en la compleja subjetividad del individuo. En sus trabajos, Schiele a menudo buscaba transmitir la presión de las emociones sobre el cuerpo humano, y en "Niño Con La Mano En La Cara", esa presión parece ser palpable.

Egon Schiele, un destacado representante del movimiento expresionista, logró a través de su arte ofrecer una mirada intensa hacia la vulnerabilidad humana, especialmente en los retratos de jóvenes. Esta obra, aunque más austera en comparación con otros de sus trabajos más provocadores y sexualizados, continúa revelando su interés en la psicología y la esencia de la personalidad. A lo largo de su carrera, Schiele capturó la angustia existencial y la lucha interna del ser humano, temas que se entrelazan en el pulso emocional de muchas de sus otras piezas.

"Niño Con La Mano En La Cara" se sostiene como un magnífico ejemplo de la habilidad de Schiele para evocar sentimientos profundos a través de la simplicidad de un retrato aparentemente cotidiano. La obra no solo refleja la maestría de Schiele en la representación de la figura humana, sino que también invita al espectador a un viaje interno de autocomprensión y empatía hacia el mundo emocional de la infancia. En el contexto del arte del siglo XX, esta pieza destaca por su fuerte carga emocional y su profunda conexión con la experiencia humana, solidificando a Egon Schiele como uno de los grandes maestros de su tiempo.

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