La Caída de los Condenados (Miguel expulsa a Satanás del cielo) - Rubens - KUADROS

La Caída de los Condenados, es uno de los cuadros más extraordinarios en la historia de la humanidad.

Kuadros te acerca un poco más a su historia y significado.

Alternativamente conocida como La Caída de los Ángeles Rebeldes, ésta es una pintura religiosa atribuida a Peter Paul Rubens.

El cuadro reresenta los cuerpos de los ángeles condenados siendo arrojados al abismo por el arcángel Miguel y sus ángeles acompañantes. Las dimensiones físicas de esta pintura son enormes: 286cm × 224cm, y su tema fue inspirado en un pasaje del Apocalipsis, capítulo 12:

“Y hubo una guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles lucharon contra el dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; éste fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él ”.

La obra retrata el primer enfrentamiento entre el Bien y el Mal, incluso antes de la caída del hombre, cuando el ángel más poderoso, Lucifer, que significa, "portador de la luz", se rebela contra la autoridad de Dios. Después de esto, el ángel rebelde es arrojado del cielo por el Arcángel Miguel por orden de Dios, provocando la caída de los demás ángeles rebeldes.

A diferencia de la representación medieval del "mal", donde Satanás era representado en formas monstruosas, alas, colas y cuerpos deformados, la representación renacentista del diablo se adhiere más a la figura de Sátiro (Silenus en la mitología griega) con cuernos y pezuñas, en una referencia clara al paganismo.

Rubens utiliza esta misma referencia para representar a Satanás. Sin embargo, recurre a las monstruosas criaturas parecidas a murciélagos para mostrar al resto de demonios y el mismo "Mal".

Esta obra maestra es tan grande como impresionante. El diseño vertical es dinámico y está teñido con una paleta terrosa de aspecto cálido. Los oscuros alrededores son iluminados por un agujero en las nubes, desde donde brillan rayos de luz hacia el infierno.

Rubens solía retratar pasajes bíblicos en paletas de colores, pero esta pintura no solo tiene una paleta marrón limitada, sino que también tiene una atmósfera mucho más intensa y perturbadora. En el espacio entre las nubes, es posible ver un poco de un cielo azul al fondo, velado por las formas oscuras mientras los cuerpos malditos caen al abismo.

En la cima de las nubes, desterrando a la malvada multitud está el Arcángel Miguel. El ángel guerrero viste túnicas rojas y azules que están representadas con un tono de rojo saturado, mientras sostiene un escudo brillante que refleja la luz que viene de arriba.

Con el Arcángel Miguel se aprecia una fuente de luz amarilla, pero la pintura se oscurece cada vez más a medida que baja, en un área matizada por formas confusas de sufrimiento y condenación.

En la obra es posible ver serpientes, leones, animales deformados, algunas formas monstruosas y partes de cuerpos humanos. En algunos momentos, es difícil dilucidar si las figuras están siendo atacadas por estas monstruosas criaturas o si se están fusionando con ellas convirtiéndose en horribles quimeras.

Las figuras humanas en la imagen muestran expresiones de sufrimiento y angustia. Las criaturas demoníacas con alas de murciélago derriban a las personas y las muerden y las atacan. Los cuerpos están contorsionados y desnudos, algunos son de una estructura más grande, mientras que otros aparecen de forma casi seductora, lo que indica la glotonería y la lujuria de los siete pecados capitales.

A medida que el ojo se desplaza por el lienzo, se logran observar más criaturas con aspecto monstruoso. Animales con cuernos y garras parecen representar seres mitológicos paganos, que arrastran los cuerpos hacia abajo mientras les desgarran la carne viva.

Con ese tamaño gigantezco, esta pieza también le da una razón clara y contundente al observador para no pecar. Su tamaño descomunal permite ver en detalle lo insoportable que el infierno guarda en su seno para el pecador.

Esta obra de arte es a la vez espantosa y bella como ninguna otra por el nivel de detalle. En ella ningún pecador se salva. El diablo no discrimina, pero sin embargo, sabemos que Rubens era fanático de las grandes damas, así que definitivamente hay más de ellas representadas en la pintura que de cualquier otra cosa. La favorita es la mujer al suroeste del centro de la pintura que está sostenida en el lomo de un diablo con la cola envuelta alrededor de sus piernas. Su rostro dice que preferiría no estar allí, pero sabe lo que hizo para llevarla a su macabro destino.

En 1959, un vándalo artístico arrojó ácido sobre esta esta extraordinaria pintura. Aunque fue restaurada, el vandalismo casi destruyó esta joya de la humanidad. Aparentemente, el contenido de la pintura no hizo nada para disuadir al atacante de intentar arruinarla, lo cual es sorprendente en base a lo increíblemente intrigante que es la obra.

Varios dibujos de esta pintura han sobrevivido, lo que sugiere que Rubens pudo haber planeado hacer un grabado del tema como lo hizo con muchas de sus obras favoritas. Pero si este grabado fuera hecho, probablemente esté en el ático de algún castillo acumulando polvo.

Rubens tal vez quiso indicar que el paganismo es enemigo del cristianismo a través de la forma en que se han representado los demonios. Mediante el uso de criaturas que son fácilmente reconocibles como sátiros, esto es una representación muy literal y visual de las creencias más antiguas.

La paleta de Rubens y el uso del claroscuro (la técnica de usar la luz para contraer la oscuridad) le da un movimiento único y dramatismo vívido a la obra, que casi se siente como una cascada en plena caída, los demonios creando la burbujeante cuenca de la desgracia. 

El filósofo que intentó dañar la pintura, Walter Menzl, sintió que al atacar la obra, llamaría la atención sobre sí mismo, permitiendo que su filosofía sobre la paz universal utópica saliera fuera reconocida. Lo que sucedió en realidad fue que se le ordenó pagar 80.000 marcos alemanes, que no podía saldar, por lo que terminó pasando 3 años en prisión, siendo sus teorías completamente ignoradas.

Para fortuna de la humanidad la pintura fue restaurada y ahora reside en el museo Alte Pinakothek en Munich.

¿Qué ven los fans de Kuadros en esta magnífica obra de arte?

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Esta pintura será un tema de conversación con su familia y amigos por muchos, muchísimos años.

La Caída De Los Condenados ocupa el puesto no. 41 en la lista de pinturas famosas

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