Descripción
La popularidad de Aivazovsky en casa no tenía precedentes. En 1850, Nicolás I, el emperador de Rusia, adquirió 'La novena ola' pintada por el artista de 33 años. Durante el viaje en bote con el artista, de pie en la cubierta, el Emperador dijo: "¡Aivazovsky! ¡Soy el rey de la tierra y tú eres el rey del mar!"
La representación de paisajes marinos es una especie de culto en la obra de arte de Ivan Aivazovsky, y su genio no tiene igual. En todos los lienzos del artista, el foco principal siempre está en el mar. Todo lo demás (personas, barcos, edificios en el fondo) solo sirve como una adición armoniosa al tema, creando un séquito. Así, en la pintura Noche en el Mar Negro de Aivazovsky, toda la atención se centra en los elementos naturales.
El mar ha atraído al artista desde la infancia. Lo admiró durante mucho tiempo, estudió cuidadosamente cada detalle, cada nube o piedra en la orilla, para mostrar esta perfección de la naturaleza en el lienzo de la manera más realista posible. Aivazovsky nació y creció en Feodosia, donde conoció a su principal musa, el Mar Negro. Aparece en la mayoría de las obras del artista, en una variedad de formas y estados. Al mismo tiempo, el pintor trata de transmitir no solo el naturalismo de los elementos naturales, sino que también le da un significado psicológico a sus obras. Cada lienzo del maestro está lleno de filosofía y hace pensar al espectador sobre la vida de una forma u otra. En primer lugar testimonia sobre la naturaleza emocional y soñadora del genio.
La Noche en el Mar Negro de Aivazovsky es considerada una de sus obras más poderosas. El lienzo representa la luna que se esconde parcialmente detrás de las nubes para iluminar el camino de los viajeros del mar. Y el agua inquieta que salpica desde las orillas está literalmente llena de su resplandor. Esta luz se derrama sobre las nubes, lo que hace que el paisaje marino esté más saturado. Cuando Aivazovsky representó el Mar Negro, le encantaba jugar con la luz, marcando el tono de todo el lienzo, dándole un cierto estado de ánimo. Esta técnica le permitió transmitir la belleza especial de la superficie del agua, para delinear el volumen de las olas que se mueven lentamente sobre el agua.
A pesar de que la pintura Noche en el Mar Negro de Aivazovsky representa una pequeña tormenta, evoca una sensación de calma y tranquilidad. El barco corta suavemente el agua hacia su destino. El artista lo representó a lo lejos para dar el efecto de infinito al mar. La luna sirve como principal punto de referencia para la nave, dirigiendo su movimiento y acompañándola durante todo el viaje, como una fiel compañera.
Los colores lacónicos crean una paleta integral del lienzo. El pintor eligió una paleta restringida, que permitía recrear el paisaje nocturno de forma realista y transmitir el estado de naturaleza. El mar inquieto está claramente delineado desde la expansión celestial por la línea del horizonte. El firmamento oscuro parece un abismo negro en comparación con la superficie del agua brillantemente iluminada.
Este paisaje transmite la gran fuerza y belleza de los elementos naturales, que convierten a la pequeña embarcación en un juguete indefenso. En cualquier momento, puede convertirse en víctima del mar rapaz. Aivazovsky te hace pensar en esto, sentir todo el poder de la naturaleza. Y si miras más de cerca, puedes incluso sentir cómo una ligera brisa recorre tu piel, moviendo las olas en la imagen.