Descripción
Klimt era un maestro de los trucos que creaban y destruían simultáneamente la ilusión de profundidad, y en una pintura como Manzano I, se pueden distinguir lógicamente al menos cuatro planos distintos: las flores más grandes en primer plano, el campo entre ellas y el árbol, el árbol en sí, y el exuberante follaje más allá.