Descripción
La pintura "St Augustine Leaving his Mother" (escena 3, pared este) del artista italiano Benozzo Gozzoli es una obra impresionante que ha cautivado a los espectadores durante siglos. Esta pintura al óleo de tamaño original 220 x 230 cm se encuentra en la Capilla de los Magos en la Basílica de San Francisco en Florencia, Italia.
El estilo artístico de Gozzoli es claramente visible en esta pintura. Se puede ver la influencia de su mentor, Fra Angelico, en la precisión y la atención al detalle en la ropa y los objetos. Sin embargo, Gozzoli también añade su propio toque personal con la inclusión de personajes secundarios en la escena, lo que le da una sensación más realista y dinámica.
La composición de la pintura es impresionante. La vista frontal de la escena es equilibrada y armoniosa, con la figura de San Agustín en el centro, flanqueado por su madre y un grupo de seguidores. La línea de horizonte se encuentra en la parte superior de la pintura, lo que da una sensación de profundidad y perspectiva.
El color es otro aspecto destacado de esta pintura. Gozzoli utiliza una paleta de colores vibrantes y ricos, lo que le da una sensación de vida y movimiento a la escena. Los tonos dorados y rojos de la ropa de San Agustín contrastan con los tonos más suaves de la ropa de su madre y los seguidores.
La historia detrás de la pintura es también fascinante. La escena representa el momento en que San Agustín decide dejar a su madre para convertirse en un monje. El dolor y la tristeza en el rostro de la madre son palpables, lo que le da a la escena una sensación de emotividad y humanidad.
Un aspecto poco conocido de esta pintura es que Gozzoli incluyó a algunos de sus amigos y patrocinadores en la escena como seguidores de San Agustín. Esto demuestra la importancia de la pintura como una forma de arte público y como una forma de honrar a los patrocinadores.
En resumen, "St Augustine Leaving his Mother" es una pintura impresionante que combina el estilo artístico de Gozzoli con una composición equilibrada, colores vibrantes y una historia emotiva. Es una obra que ha resistido el paso del tiempo y sigue siendo una de las más destacadas de la Basílica de San Francisco en Florencia.