Niño Con Ardilla (Henry Pelham) - 1765


Tamaño (cm): 60x75
Precio:
Precio de venta1.939,00 DKK

Descripción

La obra "Niño con ardilla" (Henry Pelham) de 1765, creada por John Singleton Copley, es un notable ejemplo del retrato americano del siglo XVIII que encapsula tanto la intimidad de las relaciones humanas como el virtuoso dominio técnico del artista. En esta pintura, Copley retrata a su medio hermano, Henry Pelham, un niño que aparece en un espléndido momento de conexión con un pequeño ardilla, lo que añade una capa de ternura y curiosidad a la composición.

La obra se caracteriza por su meticulosa atención al detalle, rasgo distintivo de Copley, quien era conocido por su talento para crear una fuerte impresión de realismo en sus retratos. El niño, vestido de manera sencilla con una chaqueta y una camisa de cuello blanco, se sitúa en un entorno que sugiere un trasfondo familiar, enfatizando la intimidad del retrato. La elección de vestimenta, en colores oscuros que contrastan con la luminosidad del rostro, sugiere tanto la modestia como la elegancia, un reflejo de la época colonial.

El ardilla que sostiene en sus manos es el verdadero punto focal de la imagen. Con sus ojos brillantes y expresión inquisitiva, el pequeño animal simboliza la infancia, la curiosidad y la naturaleza. La relación entre el niño y el ardilla se manifiesta no solo en la interacción visual a través de la mirada, sino también en la forma en que el niño sostiene al animal, sugiriendo tanto la ternura como la fragilidad. Este momento de conexión viva se traduce a través de la suave y delicada paleta de colores que Copley utiliza, donde los tonos terrosos predominantes resaltan la carne y el pelaje del ardilla, mientras que los detalles del entorno se fusionan en un suave bokeh que no compite con el principal protagonismo del niño y su compañero animal.

El fondo de la pintura es igualmente significativo, con un paisaje indeterminado que proporciona profundidad sin restar atención al primero plano. La forma en que Copley maneja la luz —con un sutil juego de claroscuros— resalta la inocencia y la vulnerabilidad del niño, al tiempo que ilumina los matices de su piel. Esta técnica de iluminación le otorga a la obra una atmósfera calmada y reflexiva, posicionando al espectador en un espacio de contemplación.

"Niño con ardilla" también puede ser visto como un precursor del retrato moderno, en el que el artista no solo captura la apariencia física del sujeto, sino que también crea un estudio de carácter y sentimiento. La manera en que Copley establece un vínculo emocional entre el espectador, el niño y el ardilla invita a una conexión personal, fomentando la empatía y la reflexión.

Aunque Copley es reconocido principalmente por sus retratos más formales de aristócratas y personalidades influyentes, este trabajo destaca por su calidez y simplicidad. La obra sugiere una exploración más profunda de la vida diaria, un tema que a menudo se extravía en el arte formal de su tiempo. Este enfoque más accesible refleja una tendencia en la producción artística de Copley que busca llevar al espectador a una experiencia más personal y emocional.

En resumen, "Niño con ardilla" se erige como una obra maestra de la pintura colonial americana, una celebración de la inocencia infantil, la conexión con la naturaleza y el incansable ingenio de John Singleton Copley. Su habilidad para equilibrar la técnica impecable con un profundo sentido de la humanidad y la emoción en el retrato sigue inspirando el estudio y la apreciación del arte hasta nuestros días.

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