Descripción
El pintor renacentista Alberto Durero entregó al ayuntamiento de Nuremberg, Alemania, un regalo extraordinario: una pintura que consta de paneles gemelos que retratan a cuatro autores del Nuevo Testamento, acompañada de versos didácticos extraídos de los escritos, atribuido a cada uno. Estos pasajes bíblicos fueron tomados de la primera edición del Nuevo Testamento alemán de Lutero.
El título habitual de la pintura, Los Cuatro Apóstoles, es algo engañoso, ya que solo tres de los cuatro hombres representados en la obra, Juan, Pedro y Pabl eran estrictamente hablando, apóstoles. El cuarto, San Marcos, reconocido evangelista, tradicionalmente se pensaba que era un discípulo del apóstol Pedro. Actualmente alojada en el museo Alte Pinakothek de Múnich, la obra maestra de Durero representa uno de sus mayores logros como artista.
Durero no pintó estos cuatro cuadros por encargo. Fue él quien quiso donarlos a Nuremberg, su ciudad natal. El 6 de octubre de 1526, el artista ofreció Los cuatro santos a los padres de la ciudad de Nuremberg: «Hace mucho tiempo que intento mostrar mi respeto por vuestras excelencias mediante la presentación de un humilde retrato mío como recuerdo; pero la imperfección y la insignificancia de mis obras me han impedido hacerlo ... Sin embargo, ahora que acabo de pintar un panel al que le he causado más problemas que a cualquier otro cuadro, no consideré ninguno más digno de conservar, como un memorial que vuestras excelencias.
Como era común en muchas ciudades de Italia otorgar al ayuntamiento una obra de arte que sirviera como ejemplo de buon governo, Durero quería proporcionar a su ciudad natal una obra suya que había sido hecha a propósito para este fin.
El ayuntamiento aceptó agradecido el obsequio, colgando las dos obras en la cámara alta de gobierno del ayuntamiento. Durero recibió un honorario de 100 florines. Las cuatro figuras monumentales permanecieron en el municipio de Nuremberg hasta 1627, cuando, tras amenazas de represión, tuvieron que ser vendidas al elector de Baviera, Maximiliano I, gran entusiasta de la obra de Durero. En esa ocasión, sin embargo, el príncipe hizo que las inscripciones, en la parte inferior de las pinturas, fueran recortadas y enviadas de regreso a Nuremberg, por considerarlas heréticas y perjudiciales para su posición como soberano católico. La ciudad los entregó al museo de Munich en 1922, donde se reunieron con sus respectivos paneles.
Juan el evangelista se encuentra en el extremo izquierdo, sosteniendo un Nuevo Testamento abierto del cual está leyendo los primeros versículos de su Evangelio. Detrás de él está la figura de Pedro, sosteniendo la llave de oro de la puerta del cielo. En el otro panel, de pie en la parte de atrás, está el evangelista Marcos, con un pergamino. En el extremo derecho está Paul, sosteniendo una Biblia cerrada y apoyado en la espada, una referencia a su posterior ejecución.
Los Cuatro Apóstoles fue una poderosa declaración política de Alberto Durero durante una época de turbulencia y malestar social en el norte de Europa.