Interior Strandgade 30 - 1901


Tamaño (cm): 60x75
Precio:
Precio de venta$1.012.000,00 COP

Descripción

Vilhelm Hammershøi, un maestro indiscutido del simbolismo y el intimismo en la pintura danesa, nos atrae hacia el corazón de su mundo interior en la obra “Interior Strandgade 30 - 1901”. Este cuadro, que forma parte de su colección de representaciones de la vida cotidiana, es un examen visual del espacio, la luz y el silencio que rodean a sus personajes, aunque en esta ocasión, la figura humana es sutil y apenas sugerida.

La composición del cuadro es el reflejo de una maestría técnica que Hammershøi había perfeccionado a lo largo de su carrera. En “Interior Strandgade 30 - 1901”, el espectador es recibido por un interior hogareño en el que la geometría del espacio es fundamental. Las líneas rectas del mobiliario y los elementos arquitectónicos imponen un orden en la escena, mientras que la luz entra a raudales por la ventana, bañando los objetos con un suave tono dorado que provoca una atmósfera de calma y recogimiento. La elección de una paleta predominantemente neutra, dominada por grises, blancos y suaves marrones, no solo añade a la uniformidad del espacio, sino que también evoca una sensación de melancolía y nostalgia.

A la izquierda, se puede observar una mesa iluminada que muestra una delicada simplicidad, simbolizando el cotidiano de la vida. Aunque en un primer momento parece que la ausencia de figuras da una sensación de soledad, es precisamente esta falta de protagonistas visibles la que permite al espectador proyectarse en el espacio, llenándolo con sus propias emociones y recuerdos. Hammershøi logra, así, una conexión única entre el espectador y la obra, invitando a la introspección.

En cuanto a la estructura de la obra, Hammershøi emplea una perspectiva que concede al cuadro una profundidad notable. Los ángulos agudos y las líneas convergentes llevan la mirada del espectador hacia el fondo de la habitación, creando un recorrido visual que parece extenderse hacia el infinito. La meticulosamente lograda representación de las texturas, desde la suavidad de la tela de la cortina hasta el acabado liso del parquet, revela la atención al detalle por la que Hammershøi es conocido. Cada rincón de la obra está impregnado de silencio y contemplación, capturando la esencia misma de la vida doméstica en la década de 1900.

El contexto de invocar la vida cotidiana es un elemento crucial en el trabajo de Hammershøi. Este artista, influenciado por el simbolismo y la pintura de interiores del movimiento escandinavo, supo interpretar el interior no solo como un espacio físico, sino como un estado emocional. La obra en cuestión se alinea con su tendencia a explorar la intimidad y la soledad, rasgos omnipresentes que se repiten en numerosos interiores que pintó, desde la decoración sencilla hasta los matices que el juego de la luz crea en el ambiente.

En “Interior Strandgade 30 - 1901”, Hammershøi nos enfrenta a la quietud y la contemplación del hogar. La obra se erige como un diálogo silencioso entre el artista y el espectador, quien se encuentra en un estado de reflexión mientras observa la serenidad y la simplicidad que emanan de la escena. Cada trazo, cada sombra, cada rayo de luz converge en la idea del hogar no solo como un lugar físico, sino como un refugio del alma. Sin duda, esta pintura es un testimonio del talento singular de Hammershøi y su capacidad para transformar lo cotidiano en una experiencia visual y emocional inolvidable.

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