Descripción
Kazimir Malevich, uno de los artistas más influyentes del siglo XX, es ampliamente reconocido por su papel fundamental en el desarrollo del arte abstracto y el suprematismo. Sin embargo, su evolución artística inició en el ámbito del realismo y el simbolismo, manifestado de forma elocuente en la pintura "Tomando La Cosecha" de 1911.
"Tomando La Cosecha" es una obra que, a primera vista, puede parecer contradictoria al Malevich suprematista que conocemos por sus composiciones geométricas y minimalistas. Sin embargo, es un registro invaluable de su fase temprana, ofreciendo una mirada nostálgica a las raíces campesinas y la vida rural que tanto influenciaron a muchos artistas rusos de la época. La obra es un testimonio de la transición entre las técnicas tradicionales y el modernismo incipiente en la carrera de Malevich.
La pintura es una escena vibrante de campesinos trabajando en la recolección de la cosecha, una actividad que históricamente ha sido asociada con la simbología de la fertilidad y la autosuficiencia. Los personajes, aunque ejecutados con un trazo que tiende hacia el cubismo, mantienen una esencia humana que los vincula directamente con el espectador. Los cuerpos de los campesinos, en parte geométricos y en parte naturalistas, parecen entrelazarse con el entorno, sugiriendo una unión simbiótica entre el hombre y la tierra.
El uso del color es magistral. Malevich emplea tonalidades cálidas y terrosas tonos ocres, verdes y marrones que evocan la riqueza del suelo y la laboriosidad de la cosecha. Los ropajes de los campesinos destacan por sus colores vivos, intensos rojos y azules que aportan un dinamismo visual a la escena. Este contraste logra capturar la vitalidad del momento, otorgándole una energía palpable. La elección de una gama cromática primordialmente cálida no solo pone de relieve la temporalidad de la cosecha, sino también una calidez emocional que resuena en la interacción humana que se representa.
En términos de composición, Malevich muestra su habilidad para ocupar el espacio pictórico de manera balanceada. Los elementos de la pintura están distribuidos de forma que guían la mirada del espectador a través de la escena de izquierda a derecha, replicando el movimiento natural de una lectura paisajística occidental. La disposición de las figuras crea un ritmo casi musical que imita el propio acto de la siega y la recolección, permitiendo que la mirada del espectador oscile entre las diferentes dinámicas y acciones de los personajes.
No podemos obviar la influencia de la estética cubista y fauvista que empezaban a permear en el arte europeo de principios del siglo XX. En "Tomando La Cosecha", es evidente la fascinación del artista por la descomposición de las formas y la abstracción parcial. Aunque la escena es reconocible y narrativa, los contornos y el tratamiento de las formas sugieren un aesencio hacia lo geométrico y lo abstracto, anunciando el posterior radicalismo del suprematismo.
"Tomando La Cosecha" no solo es una representación pictórica de la vida rural rusa, sino también un momento crucial en la evolución artística de Kazimir Malevich. La obra implica una reflexión sobre la transformación estética y la dualidad entre lo tradicional y lo moderno. Es un fragmento de la transición que finalmente llevaría a Malevich hacia el rompimiento total con el figurativismo y el desarrollo de un lenguaje visual completamente innovador. Esta pintura encapsula la inmediatez de un momento creativo donde el pasado y el futuro del arte confluyen, ofreciendo una ventana invaluable al vasto espectro del genio de Malevich.
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