San Miguel


Tamaño (cm): 30X26 Tamaño original
Precio:
Precio de ventaCHF 102.00

Descripción

La obra San Miguel de Rafael es extensamente reconocida por millones de personas. La pintura muestra una imagen del Arcángel Miguel con demonios a su alrededor. El ángel llevas sendas alas y un halo unido a él mientras está rodeado por las profundidades del infierno, oscuras y lúgubres.

En el Apocalipsis de San Juan (Libro del Apocalipsis), el Arcángel Miguel, habiendo vencido a los ángeles rebeldes, mata al dragón, una encarnación alegórica del mal, y lo arroja a la tierra. En esta representación de arte, Rafael enriqueció la representación tradicional de la escena con escenas auxiliares inspiradas en el Infierno de la Divina Comedia, en las que Dante relata el castigo de hipócritas y ladrones.

Con la gracia de un bailarín de ballet, el joven San Miguel hace movimientos con la espada en alto mientras pisotea a la horrible bestia. Los personajes de la obra se enfrentan en un paisaje desolado con la silueta de una ciudad en llamas en la distancia. La influencia de Leonardo da Vinci, cuyos guerreros combatientes de La Batalla de Anghiari proporcionaron un ejemplo extraordinario de arte marcial (la pintura se deterioró muy rápidamente debido a deficiencias en la técnica experimental de Leonardo y, por lo tanto, ya no es visible), predomina en estas obras. Pero las referencias a la pintura flamenca sugieren el entorno de Urbino, donde las influencias del norte todavía eran bastante vívidas.

La obra de San Miguel,  San Jorge y el Dragón , y el San Jorge de la Galería Nacional en Washington están unidos tanto por su tema - un joven armado luchando contra un dragón - como por elementos estilísticos. Los tres están adscritos al período florentino y se hacen eco de los estímulos que Rafael recibió de los grandes maestros que trabajaron en Florencia o cuyas pinturas fueron visibles allí. 

La imaginación de Rafael, que se desarrolla particularmente en los detalles de San Miguel, está más equilibrada en la figura del Arcángel, el centro de toda la composición. Este sentido de equilibrio y compostura se desarrolla aún más en los otros dos paneles, donde el paisaje, todavía de derivación de Umbría, acentúa la serenidad de las figuras, a pesar del carácter dramático del tema. Estos pequeños paneles son indicativos de un momento en el que el pintor recoge los frutos estilísticos de lo que ha asimilado hasta ahora y, al mismo tiempo, plantea problemas pictóricos que se desarrollarán en el futuro.

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