Önarckép, 1935. - 1935


Tamaño (cm): 55x85
Precio:
Precio de ventaCHF 248.00

Descripción

La obra "Önarckép, 1935" de Hugó Scheiber se erige como un testimonio elocuente del dinamismo y la modernidad que caracterizaron los movimientos artísticos de la primera mitad del siglo XX. Scheiber, un prominente exponente del expresionismo y el futurismo, captura en este autorretrato una confluencia de emociones y formas que desafían la simple interpretación y exhortan al espectador a una observación detenida y reflexiva.

En "Önarckép, 1935", Scheiber retrata su propio rostro con una notable economía de líneas y colores que, sin embargo, logra un impacto visual profundo. La figura central, reconocible como el artista mismo, presenta una síntesis estilística que aúna su propia técnica distintiva con elementos de las vanguardias europeas. La cara, representada en un perfil severo y casi escultórico, está delimitada por líneas enérgicas y definidas, propias del carácter expresionista que Scheiber adoptó a lo largo de su carrera.

El uso del color en esta obra es particularmente destacado. Scheiber emplea tonos oscuros y terrosos, predominando el marrón en varias matices, que infunden al rostro un aire de seriedad y reflexión. El fondo, en cambio, utiliza colores más apagados y fríos, creando un contraste que dirige toda la atención hacia la figura principal. Es evidente la influencia del futurismo en las formas geométricas y las líneas dinámicas que sugieren movimiento y velocidad, a pesar de la aparente quietud de la figura.

Los ojos, comparativamente grandes y penetrantes, son el punto focal de la composición, irradiando una intensidad que sugiere tanto introspección como un desafío silencioso. Este detalle es característico de los autorretratos de Scheiber, en los cuales los ojos actúan como espejos del alma y ventanas a la psique del artista. La boca, delineada con precisión y serenidad, refuerza la sensación de calma tensa presente en la obra.

El contexto histórico de esta pintura no puede ser obviado. En pleno 1935, Europa estaba en la encrucijada de cambios políticos y sociales significativos, y Scheiber, como muchos de sus contemporáneos, estaba sensible a estas transformaciones. "Önarckép, 1935" puede interpretarse no sólo como una exploración de su identidad personal, sino también como una reflexión sobre el papel del artista en tiempos tumultuosos.

La ejecución técnica de Scheiber es impecable. La precisión en la aplicación de la pintura, la claridad de las líneas y la composición general demuestran una maestría que sólo es alcanzable a través de años de dedicación y evolución artística. Su capacidad para fusionar estilos e influencias hace de esta obra un ejemplo seminal de la intersección entre el expresionismo y el futurismo.

Hugó Scheiber fue un artista que, con gran habilidad, navegó por las olas de las vanguardias, absorbiendo y reconfigurando influencias para crear un estilo absolutamente personal. "Önarckép, 1935" es, sin duda, una magnífica manifestación de esta habilidad, y sigue siendo una pieza central para comprender no sólo la obra de Scheiber, sino también el convulso y vibrante periodo artístico en el que vivió y trabajó.

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