Descripción
Las pinturas de Murillo que se conservan en el Museo de Cádiz proceden todas del Convento de Capuchinos. Se trata de una obra de antigua devoción, muy famosa en la ciudad, en la que se refleja a la perfección la cercanía del artista a la percepción religiosa popular. Se ha sugerido que se trata de una copia antigua, o fue completada por algún seguidor que trabajaba en capuchinos con el maestro.